:::Promesas
jamás cumplidas:::
Se
sentía mareado, no podía evitar tener la respiración agitada y la garganta
completamente seca como si no hubiera bebido algún liquido durante un día
completo, sentía en su mejilla derecha la alfombra de la maletera del carro,
sus ojos vendados por una tela al igual que su boca, sin mencionar que sus
muñecas estaban aprisionadas detrás de su espalda con unas esposas, sus piernas
no las habían atado y era lógico, considerando lo mareado que estaba por la
droga que le dieron sumándole el movimiento del carro que no le ayudaba mucho
sería imposible para el escapar de esa situación.
Quería
que se detuviera por fin ese vehículo, y al parecer estaba de suerte porque así
fue, el carro se detuvo y el presintió que habían llegado a su destino.
Sintió
el movimiento de sus secuestradores y escucho un “crack” señal de que abrieron
la maletera, se sintió alzado por dos de sus captores, todavía no tenía idea de
cuantos eran.
-Al
jefe le encantara este, es un pez
gordo!!- escucho la exclamación de uno de ellos aunque la voz se le hacia un
poco distorsionada, maldecía una y mil veces la droga que se encontraba en su
sistema.
Escucho
varios sonidos de puertas abrirse, de llaves y de pasos, luego se detuvieron, escucho
una llave y luego una puerta abriéndose, lo próximo que sintió fue el frío
suelo al que fue lanzado sin delicadeza alguna.
“¡¡con quién creen que tratan estos
desgraciados!!”
Ese pensamiento
cruzo por su mente, como se atrevían a tratarlo como un perro, el era alguien
distinguido, debían de tenerle respeto
-Oye!
cuidado con el chico, no queremos que la mercancía se dañe, jajajaja- escucho
otra voz diferente a la que escucho antes en la maletera.
-Ohh!
Disculpe mi impertinencia alteza jajajaja- esa era una tercera voz, escucho como
se burlaban, cuando saliera de ahí todos esos infelices pagarían.
Sus
quejas interiores fueron detenidas al sentir como quitaban las esposas de sus
mano, cuando lo hicieron sintió un gran alivio, aunque no pudiera moverlas del
todo.
-Bueno,
espero que disfrute su estancia aquí principito
Cada
segundo odiaba mas a esos sujetos, cuando sintió que se fueron, con dificultad
se incorporo un poco quedando sentado y prosiguió a quitar la venda de sus ojos
y de su boca, suspiro aliviado al no sentir más esos molestos trapos.
Miro
detalladamente la habitación, no estaba tan mal como pensaba, hasta diría que era
linda y estaba impecable, lo contrario a lo que creía al ser secuestrado, se
pensó en un viejo almacén o fabrica en un lugar inmundo no eso.
Noto
en una mesita cerca de él una jarra con agua, sus ojos se iluminaron y fue
hacia ella con desesperación bebiendo toda el agua que pudiera de la jarra
directamente sin importar que al lado hubiera un vaso, solo le importaba calmar
su intensa sed. Al terminar no pudo evitar sonreír un poco y vio una cama para
una persona en la habitación con una mini nevera y se podría decir que estaba
bien equipada esa habitación.
Estaba
muy confundido por todo.
-La
puerta…- se dirigió a la puerta y como suponía estaba cerrada suspiro con
resignación pero al voltearse noto otra puerta, se sorprendió aun mas y pozo su
mano en la perilla y abrió los ojos con sorpresa cuando logro girarla- está
abierta!!
Abrió
por completo la puerta y se encontró con una habitación parecida a la anterior solo que esta estaba más equipada,
vio en la cama un bulto y se acerco lentamente, con cuidado destapo la sabana y
lo que vio le dejo estupefacto.
-Pe…pero
¿Qué es esto?- susurro en voz baja observado a una chica dormir apaciblemente
sin percatarse de su presencia, podía decir que era menor que el quizás por uno
o dos años pero no podía negar que era muy linda.- oye, tú despierta…- empezó a
zarandearla un poco hasta que noto que arrugaba él entre cejo y empezaba a
abrir sus ojos
-¿uno
nuevo?- lanzo una pregunta al aire esa chica mientras se iba sentando encima de
la mullida cama – espera un segundo aquí... – el solo asintió
Dio un
gran bocado de aire y le levanto caminando hacia una de las puertas, el se dio
cuenta que en esa habitación a diferencia de la suya habían tres puerta, a la
que entro ella era el baño, dos minutos máximos ella salió con un pequeño
maletín de primeros auxilio se acerco a él y sin decir nada empezó a
inspeccionar sus muñecas.
-¿te
duelen?- el negó, aunque dejaron una marca no le dolía ya que no forcejeo, ella
comprendió el desconcierto que poseía el chico así que le dio una pequeña
sonrisa- tranquilo, no te debes asustar, todo saldrá bien
-No
estoy asustado…- dijo algo avergonzado de que una chica lo esté consolando
-Lo
normal sería estarlo...toma bebe esto- menciono mientras le entregaba un
liquido en un frasquito- aun la droga está en tu sistema, con esto se contrarrestara
-Bien…
- aun con desconfianza lo bebió- mi nombre es Oliver, ¿Cuál es el tuyo?
-Amy
…- dijo sonriendo
-¿tú también
fuiste secuestrada?- pregunto con curiosidad
-Sé
que tienes muchas preguntas por hacer, pero yo no podre contestarlas todas-
comento mientras su mirada se entristecía
-Lo
siento
-No te
preocupes, y si
-¿Sí?
-Si
fui secuestrada.
-Ya veo…
-Bueno,
debes tener hambre te traeré algo de comer- dijo sonriendo mientras se dirigía
a la nevera de la habitación y calentaba dos porciones de comida en el
microondas
El se
fue acercando hasta sentarse en una pequeña mesa que constaba solo de dos
sillas, con el paso de algunos minutos ella le puso enfrente un embase de
plástico que contenía lo que sería su comida.
-Espero
te guste
-Gracias
Comieron
con lentitud, no tenían prisa apenas terminaron ella guardo los envases en una
bolsa y luego volvió a sentarse frente a él.
-Sé
que no puedes responder todas mis preguntas…- después de minutos de silencio
Oliver fue el primero en hablar- solo responde lo que puedas
-De
acuerdo…
-no
entiendo nada… este sitio no parece un lugar en donde tendrían secuestrada a la
gente, se ve hasta cómodo- ella dio una pequeña risita ya que no esperaba que
esa fuera su primera pregunta
-y lo
es… ellos solo secuestran a gente adinerada y bueno... deben mantener la
mercancía en impecables condiciones supongo- Oliver suspiro, era lo mismo que mencionaron minutos antes esos sujetos
-tengo
que escapar de aquí, ¿vendrías conmigo?- ella le sonrió y negó- ¿por qué? Si
escapamos regresaremos con nuestras familias y…
-es
imposible escapar de aquí, solo no te preocupes, no te harán daño, tu familia
pagara el rescate y volverás a casa- las palabras de Amy le parecieron mas una afirmación
que una suposición
-¿y
tú? ¿también saldrás?
-Yo
nunca saldré de aquí- dijo sin dudar, el se sorprendió por esa respuesta
-¿por
qué?
-Mi
familia no pagara el rescate…
-¿Cómo
estás segura de eso?
-Solo,
lo se
El no
podía creer lo que escuchaba, odiaba que la gente se diera por vencida, vio los
ojos de Amy y noto que tenía una mirada triste llena de sufrimiento, sin
embargo también noto esperanza e ilusión en ellos.
-Yo te
sacare de aquí
-¿Eh?
-Prometo
que te sacare de aquí! – ella fue ahora la sorprendida, sintió como unas
traviesas lagrimas se deslizaban por sus mejillas- lo prometo…
-Gracias…
- dijo llorando, llorando de felicidad ante una nueva esperanza de ser libre,
ante la promesa de salir de ahí.
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Ya
habían pasado dos meses desde que Oliver llego a ese sitio, no podía evitar
sentirse nervioso al no saber si su familia pagaría el rescate, Amy intentaba
calmarle diciendo que siempre se toman su tiempo los secuestradores para no
montar sospechas, aun así su nerviosismo persistía.
En ese
tiempo ambos se habían hecho grandes amigos, Amy le tomo un gran cariño a Oliver
y le parecía tierno que intentara esconder su miedo con su orgullo. Otro caso
era el de Oliver, había quedado prendado de Amy a los pocos días de conocerla,
es que ella parecía no tener miedo a diferencia de él y siempre le brindaba su
apoyo.
-Amy…
¿cuanto tiempo llevas tu aquí? – de la nada una tarde le pregunto
-Umm,
no sé, no recuerdo, creo que unos cinco meses…- dijo mientras le sonreía, a él
eso le pareció mucho tiempo
-Ya
veo…
-No te
preocupes, saldrás de aquí- le dio ánimos
-Querrás
decir que saldremos de aquí- ella le sonrió y asintió con emoción, él le
correspondió la sonrisa.
-Cuando
paguen mi rescate y regrese con mi familia haremos todo para sacarte de aquí y esos delincuentes irán a prisión
-Me
parece estupendo…- Amy estaba muy emocionada con la idea
Su
momento de tranquilidad se detuvo al ambos escuchar la puerta abrirse, dejando
entrar a los tres hombres con la cara cubierta. Como reflejo Oliver se coloco
enfrente de Amy para protegerla de cualquier cosa que pudiera pasar.
-Felicidades
principito… hoy te irás a casa- Oliver se sorprendió, luego sintió como lo tomaban dos de los
hombres mientras uno de ellos le inyectaban nuevamente la droga
Amy
observaba todo sin moverse de su lugar, noto como Oliver iba cerrando sus ojos,
y ella le sonrió mientras se acercaba a él y lo abrazaba, sus captores no
evitaron nada de eso, a Oliver le sorprendió.
-Serás
libre, esperare por ti- le susurro mientras lo abrazaba y al separarse un poco
le dio un beso en la frente
-Lo
prometo…- dijo sonriendo mientras caía en la inconsciencia, los tres sujetos se
lo llevaron dejándola sola en esa habitación.
-no me
defraudes…
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Y ahí
se encontraba en su lujosa habitación, mirando el techo, con un remordimiento
que no podía olvidar.
-Perdóname…
Un
susurro al aire, ya habían pasado tres meses desde que salió de ese sitio,
desde que se separo de Amy. Apenas llego
a casa busco toda la información que pudo encontrar de ella, y al encontrar su
expediente e investigar más a fondo se hallo con algo que no sabía cómo
tomarlo.
Amy Bilchemits
Hija de Samanta y Robert
Bilchemits, secuestrada en el 2009, hija de una de las ex familias más ricas del país.
La familia estaba en crisis cuando
fue secuestrada Amy Bilchemits, cosa que
empeoro la situación de sobremanera, al no poder pagar el rescate millonario se
recibió una última llamada por parte de los secuestradores informando que el
tiempo de espera culmino y a Amy la
habían asesinado.
Samanta entro en depresión y desesperación
ante la notica, un mes después murió. Por su lado Robert se dedico a la bebida y
termino siendo un adicto, un día sin más se le encontró muerto por haber tomado
una sobre dosis de pastillas para dormir.
Amy había sufrido y no podía culparla por no
decirle toda la verdad, el hecho de que estuviera en ese sitio seis años debió
ser algo duro y Oliver comprendió las palabras que le dijo Amy el día en que se
conocieron.
-Perdóname…
lo siento
Lagrimas
empezaron a salir de sus ojos, mas al recordar la llamada que recibió el mismo
día que regreso con su familia.
-Esperamos no llames a la policía
ni intentes nada, si lo haces la mataremos, disfruta tu libertad principito
Sabía que no podía hacer nada mas, no quería poner
en riesgo la vida de Amy, se sintió inútil e inservible, sabía que la única que
manera de mantener a Amy con vida era si
él se daba por vencido, y darse por vencido era lo que más odiaba en la vida…
-Perdóname
Amy… perdón…
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Cada día
que entraba a ese comedor sentía repulsión, como odiaba ese sitio, prefería quedarse
en su habitación encerrada, en su sala de confort sin que nadie la moleste,
pero esos idiotas siempre se las apañaban para hacer que ella almorzara con
ellos, claro solo cuando no tenían a nadie más secuestrado
-¿Y esa
cara? anímate hace tiempo no salías de esa habitación – menciono uno de los
captores sin su máscara, mostrando su rostro
-Los odio…-
fue la vaga respuesta de Amy
-No es
nuestra culpa que tu solita te hagas ilusiones…- dijo otro de los captares
mientras llevaba un bocado de comida a su boca
-Pero hay
que agradecerte… gracias a ti nunca nos encontraran- comento el tercero con
burla
-Algún
día pagaran…- Amy estaba enojada, así que se levanto y se dirigió a la puerta, volvería
a su burbuja de donde nunca debió haber salido
-Nunca
entenderé a esta niña… si no fuera por nosotros estaría muerta
-déjala,
después de todo no es la primera vez que esta así, siempre pasa.
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Se sentía
mareado y sabia que en cualquier momento podría vomitar, fue prácticamente arrastrado
por lo que él creía era un pasillo, se sentía muy débil y sus ojos estaban
ocultos bajo una venda al igual que su boca, escucho vagamente como se habría una
puerta para segundos después ser lanzado con rudeza al frío piso.
-Allí otro
nuevo jajajajaja- dijo uno de los secuestradores
El no
era un chico muy violento ni rencoroso pero ese tipo le caía de las patadas, sus
pensamientos se interrumpieron cuando sintió que alguien le desataba las manos,
no pudo evitar pensar que era otro de sus captores, pero al remover la venda se
dio cuenta que estaba equivocado.
Frente
a él estaba una chica con una sonrisa tierna grabada en su rostro
-¿Te
encuentras bien?- le dijo la chica
-Si…
estoy…bien- le dificultaba un poco hablar por el efecto de la droga, ella le ofreció
agua y el la bebió hasta acabarse todo el contenido del vaso. – gracias… mi nombre
es John…tu ¿Cómo te llamas?- dijo tímidamente
-Mucho
gusto- dijo ensanchando aun mas su sonrisa- mi nombre es Amy…
“quizás el sea quien me saque de aquí, y por
fin haga realidad esas promesas que todos me hicieron más nunca cumplieron…”
Solo quiero ser libre…
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