martes, 8 de marzo de 2016

La vida de Lian Mahler

Capitulo 2




-Señor Johnson -dijo la directora mientras tamborileaba con sus uñas el escritorio frente a ella - no tengo nada en contra de los homosexuales pero tampoco favorezco las demostraciones de cariño de ningún tipo dentro de la institución.

- P-pero profesora, yo no... no recuerdo nada.

-decir que no recuerdas nada es una mala táctica de escape jovencito.

-disculpe profesora - intervine por primera vez - estoy segura que el no sabia lo que hizo, de seguro fue un momento de adrenalina durante algún juego entre chicos..

Mientras hablaba ryu se reía descontroladamente de mi absurdo intento por huir de ese lío... Me las iba a pagar cuando saliéramos de aquí, que lo tuviera por seguro.

-esta bien, -dijo la directora mas tranquila - lo dejare pasar solo por el impecable historial del señor johnson. Pueden retirarse.

Ambos nos pusimos de pie y ryu con sus extrañas artes salio flotando junto a mi.

-buena esa, a la próxima debería lanzarme con unas chicas a la piscina.. Vestido. O mejor aun, desnudo.

Intente disimular lo molesta que estaba con el solo porque mi amado estaba frente a mi. Drew Johnson, el chico perfecto, como le decían mis compañeras.

 -hey, Lian ¿No?

-si, soy yo. Disculpa todas las molestias que te he causado hoy.

- Yo quería agradecerte, aunque sinceramente no recuerdo nada después que chocamos.. Pero supongo que fue que hice algo indebido, te agradezco por defenderme y te debo una -dijo guiñando un ojo antes de marcharse.

- wow, que maricón el wey ese.. Oye ya saliste vamos por un chocolate -dijo feliz como si no hubiera destruido la reputación de Drew en menos de dos minutos.

- vete a la mierda -dije dando media vuelta y caminando hacia la salida.

Mientras caminaba a mi casillero intentando ignorar al fantasma junto a mi, mí celular vibro con un mensaje de mi mejor amiga.

Tarde de películas y pijamada en mi casa. Compra lo que quieras.

Al parecer los padres de Ella no iban a estar y necesitaría una niñera, esta era su forma de decirlo. Le respondí que ok y saque mi bolso del casillero. El supermercado mas cercano era el que estaba cerca de la casa de ella y estaba un poco lejos...

- Triste día para prestarle tu auto a tu madre - rió Ryu adivinando mis planes.

-me tocara ir en taxi - no iba a dejar que me amargara la vida de nuevo..


Ya en el taxi intente olvidarme de todo lo que había pasado en el día, ya que estaba segura que Ella no le reclamaría a Ryu mas bien me recordaría algo obvio, "¿Como demonios detienes a un fantasma?" 

Yo lo había intentado desde los 13 años sin resultados, y ella lo sabia y me ayudaba en lo que podía aunque no lo veía.

- Ya que estas dispuesta a ignorarme.. Me divertiré solo - dijo tomando el control del pobre taxista.

-Ay, no. 

Ya sabia lo que iba a hacer, ya lo había hecho antes. Era algo divertido pero yo no estaba de humor. Sonriéndome a través del retrovisor me habló.

- Ahí viene uno - dijo bajando la velocidad junto a un chico de mi edad, muy guapo debo agregar - Papacito, ¿todo eso es individual o viene en combo?

El chico nos miró con cara de trauma, bajó la cabeza y caminó mas rápido. Mientras seguimos nuestro camino, Ryu y yo rompimos a reír. Era inevitable no hacerlo con sus malísimos piropos.

- ¡A la rubia! - dije, viendo a una mujer de como veinte años que parecía salida de alguna vitrina de Channel o Carolina Herrera. 

El riendo y sin chistar se detuvo junto a la joven e inclinándose por la ventanilla le dijo:

- Mami ojalá fueras una hamburguesa para comerte con todo y carne 

- ¡Cerdo! - grito mientras corría lejos del taxi sobre sus costoso zapatos.

Ambos reímos a carcajadas hasta que el taxi se detuvo frente al supermercado. Ahí Ryu salió del cuerpo del taxista y éste vio a su alrededor confundido.

- Aquí tiene señor - dije ofreciéndole 4 billetes.

- G-gracias señorita, que tenga un buen día.

No tardamos mas de 20 minutos, compramos un refresco de dos litros, dos paquetes de doritos, unas ruffles, cereal y un chocolate para Ryu. 

Cuando salimos de la tienda Ryu me hizo voltear hacia una peculiar escena, el taxista que nos había traído se encontraba esposado entre dos policías y la rubia Channel se entraba junto a un tercero luciendo muy molesta.

- Tengo derecho a decir que esa era tu victima..

- shhh cállate y vayámonos

Y seguimos nuestro camino hasta la casa de Ella.

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