viernes, 12 de diciembre de 2014

:::Amor de Biblioteca:::



Amor de Biblioteca.

     La soledad solía invadirla, sin embargo, ella ya estaba acostumbrada a eso. Siempre sola, sin ningún amigo y sin nadie con quien hablar, pero ella no era infeliz, al contrario, al estar sola podía pasar más tiempo consigo misma y tenía su momento de paz y de auto conocerse, cosa de la cual pocos tienen el privilegio.

     Ella tenía como pasatiempo leer en la biblioteca del colegio y un día que ella creería normal como los otros en la biblioteca lo conoció a él, quedo maravillada con solo verlo, no tenia palabras para explicarlo, con todo el coraje que poseía se acerco a él y le susurro tímidamente.

-quiero conocerte…

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     Su relación era perfecta, solo había pasado un mes y ella sentía que él  era su todo, le hubiera gustado poder salir a un parque con él, pero eso era algo que no podía hacer, así que todas sus citas eran ahí, en la biblioteca.

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     El tiempo pasaba rápido, o así era que ella lo sentía siempre que estaba al lado de su amado,  ¿quién lo hubiera dicho? Ya llevaban tres meses juntos y ella aun fantaseaba con él  y nunca se cansaba de que él  le contara las mismas cosas que ya conocía de memoria, añoraba que las clases terminaran para poderlo ver y que el tiempo se detuviera para pasar más tiempo con él.

     Definitivamente  un amor genuino y verdadero.

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     Mes cuatro, todo estaba normal  en las clases hasta que se escucho la alarma de incendios, todos se alarmaron y empezaron a salir del aula dirigiéndose al patio, ella estaba tranquila hasta que escucho como dos profesores a su lado susurraban algo.

- al parecer el incendio viene de la biblioteca

-eso es terrible.

     Ella enmudeció, no era posible, en la biblioteca se encontraba su amado, sin importarle nada se dirigió a la dirección contraria a la que iban sus compañeros, su objetivo era llegar a la biblioteca, pudo verla a lo lejos, veía el humo salir de ahí, estaba tan cerca, solo unos paso más y llegaría, o eso pensaba hasta que sintió como era jalada del brazo por uno de los profesores.

-¡¿Qué crees que haces?! Hay que ir con los demás

     Y a su pesar tuvo que ir con el profesor el cual prácticamente la arrastraba por el pasillo hacia la salida.

     Cada vez que se alejaba más de la biblioteca no podía evitar sentir un nudo en su garganta y una punzada en su pecho, sentía que lo había traicionado, después de todo lo abandono y no hizo nada para salvarlo a él.

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     Una semana después seguía en curso la remodelación de la biblioteca después del incendio, ella no tenía el valor suficiente de acercarse a esa sitio de nuevo, no se sentía digna ya que por su culpa él  seguramente había muerto, levanto la mirada y decidió dejar por un momento sus pensamientos a un lado y prestar atención a lo que decía la profesora.

-bueno chicos, la remodelación de la biblioteca se llevara más o menos dos semanas más, a pesar de los daños materiales hay que agradecer que nadie salió herido, es una fortuna…

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     Sin saber cómo ya estaba frente a lo que quedo de la puerta de la biblioteca, sus pies se habían movido prácticamente solos hasta ahí, con sigilo entro haciendo a un lado las advertencias de “estamos trabajando” y “no pase” hasta quedar frente a lo que anteriormente era uno de los estantes hechos de madera, bajo la mirada y ahí en el piso lo encontró a él.

     Lagrimas salieron de sus ojos al verlo ahí en ese estado tan lamentable,  se fue arrodillando frente a él  y con manos temblorosas lo tomo entre sus manos y susurro.

-estas echo pedazos, no sabes cuánto te quiero, sin embargo, es demasiado tarde.

      Volvió a colocarlo donde lo encontró para luego levantarse y caminar dirigiéndose a la salida, justo en el borde la puerta se detuvo y susurro.

-eras un buen libro…

     Luego simplemente siguió su camino  silenciosamente, dejando atrás a aquel objeto a el cual se había aferrado y había amado más que a cualquier persona, ella pensaba que él  nunca le causaría daño, pero ella estaba equivocada…



Después de todo, los objetos no son eternos…



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