lunes, 18 de mayo de 2015

:::Promesas jamás cumplidas:::

:::Promesas jamás cumplidas:::



Se sentía mareado, no podía evitar tener la respiración agitada y la garganta completamente seca como si no hubiera bebido algún liquido durante un día completo, sentía en su mejilla derecha la alfombra de la maletera del carro, sus ojos vendados por una tela al igual que su boca, sin mencionar que sus muñecas estaban aprisionadas detrás de su espalda con unas esposas, sus piernas no las habían atado y era lógico, considerando lo mareado que estaba por la droga que le dieron sumándole el movimiento del carro que no le ayudaba mucho sería imposible para el escapar de esa situación.

Quería que se detuviera por fin ese vehículo, y al parecer estaba de suerte porque así fue, el carro se detuvo y el presintió que habían llegado a su destino.

Sintió el movimiento de sus secuestradores y escucho un “crack” señal de que abrieron la maletera, se sintió alzado por dos de sus captores, todavía no tenía idea de cuantos eran.


-Al jefe le encantara este,  es un pez gordo!!- escucho la exclamación de uno de ellos aunque la voz se le hacia un poco distorsionada, maldecía una y mil veces la droga que se encontraba en su sistema.


Escucho varios sonidos de puertas abrirse, de llaves y de pasos, luego se detuvieron, escucho una llave y luego una puerta abriéndose, lo próximo que sintió fue el frío suelo al que fue lanzado sin delicadeza alguna.

“¡¡con quién creen que tratan estos desgraciados!!”

Ese pensamiento cruzo por su mente, como se atrevían a tratarlo como un perro, el era alguien distinguido, debían de tenerle respeto


-Oye! cuidado con el chico, no queremos que la mercancía se dañe, jajajaja- escucho otra voz diferente a la que escucho antes en la maletera.

-Ohh! Disculpe mi impertinencia alteza jajajaja- esa era una tercera voz, escucho como se burlaban, cuando saliera de ahí todos esos infelices pagarían.


Sus quejas interiores fueron detenidas al sentir como quitaban las esposas de sus mano, cuando lo hicieron sintió un gran alivio, aunque no pudiera moverlas del todo.


-Bueno, espero que disfrute su estancia aquí principito


Cada segundo odiaba mas a esos sujetos, cuando sintió que se fueron, con dificultad se incorporo un poco quedando sentado y prosiguió a quitar la venda de sus ojos y de su boca, suspiro aliviado al no sentir más esos molestos trapos.

Miro detalladamente la habitación, no estaba tan mal como pensaba, hasta diría que era linda y estaba impecable, lo contrario a lo que creía al ser secuestrado, se pensó en un viejo almacén o fabrica en un lugar inmundo no eso.

Noto en una mesita cerca de él una jarra con agua, sus ojos se iluminaron y fue hacia ella con desesperación bebiendo toda el agua que pudiera de la jarra directamente sin importar que al lado hubiera un vaso, solo le importaba calmar su intensa sed. Al terminar no pudo evitar sonreír un poco y vio una cama para una persona en la habitación con una mini nevera y se podría decir que estaba bien equipada esa habitación.

Estaba muy confundido por todo.


-La puerta…- se dirigió a la puerta y como suponía estaba cerrada suspiro con resignación pero al voltearse noto otra puerta, se sorprendió aun mas y pozo su mano en la perilla y abrió los ojos con sorpresa cuando logro girarla- está abierta!!


Abrió por completo la puerta y se encontró con una habitación parecida a la  anterior solo que esta estaba más equipada, vio en la cama un bulto y se acerco lentamente, con cuidado destapo la sabana y lo que vio le dejo estupefacto.


-Pe…pero ¿Qué es esto?- susurro en voz baja observado a una chica dormir apaciblemente sin percatarse de su presencia, podía decir que era menor que el quizás por uno o dos años pero no podía negar que era muy linda.- oye, tú despierta…- empezó a zarandearla un poco hasta que noto que arrugaba él entre cejo y empezaba a abrir sus ojos

-¿uno nuevo?- lanzo una pregunta al aire esa chica mientras se iba sentando encima de la mullida cama – espera un segundo aquí... – el solo asintió


Dio un gran bocado de aire y le levanto caminando hacia una de las puertas, el se dio cuenta que en esa habitación a diferencia de la suya habían tres puerta, a la que entro ella era el baño, dos minutos máximos ella salió con un pequeño maletín de primeros auxilio se acerco a él y sin decir nada empezó a inspeccionar sus muñecas.


-¿te duelen?- el negó, aunque dejaron una marca no le dolía ya que no forcejeo, ella comprendió el desconcierto que poseía el chico así que le dio una pequeña sonrisa- tranquilo, no te debes asustar, todo saldrá bien

-No estoy asustado…- dijo algo avergonzado de que una chica lo esté consolando

-Lo normal sería estarlo...toma bebe esto- menciono mientras le entregaba un liquido en un frasquito- aun la droga está en tu sistema, con esto se contrarrestara

-Bien… - aun con desconfianza lo bebió- mi nombre es Oliver, ¿Cuál es el tuyo?

-Amy …- dijo sonriendo

-¿tú también fuiste secuestrada?- pregunto con curiosidad

-Sé que tienes muchas preguntas por hacer, pero yo no podre contestarlas todas- comento mientras su mirada se entristecía

-Lo siento

-No te preocupes, y si

-¿Sí?

-Si fui secuestrada.

-Ya veo…

-Bueno, debes tener hambre te traeré algo de comer- dijo sonriendo mientras se dirigía a la nevera de la habitación y calentaba dos porciones de comida en el microondas


El se fue acercando hasta sentarse en una pequeña mesa que constaba solo de dos sillas, con el paso de algunos minutos ella le puso enfrente un embase de plástico que contenía lo que sería su comida.


-Espero te guste

-Gracias

Comieron con lentitud, no tenían prisa apenas terminaron ella guardo los envases en una bolsa y luego volvió a sentarse frente a él.

-Sé que no puedes responder todas mis preguntas…- después de minutos de silencio Oliver fue el primero en hablar- solo responde lo que puedas

-De acuerdo…


-no entiendo nada… este sitio no parece un lugar en donde tendrían secuestrada a la gente, se ve hasta cómodo- ella dio una pequeña risita ya que no esperaba que esa fuera su primera pregunta

-y lo es… ellos solo secuestran a gente adinerada y bueno... deben mantener la mercancía en impecables condiciones supongo- Oliver suspiro, era lo mismo  que mencionaron minutos antes esos sujetos

-tengo que escapar de aquí, ¿vendrías conmigo?- ella le sonrió y negó- ¿por qué? Si escapamos regresaremos con nuestras familias y…

-es imposible escapar de aquí, solo no te preocupes, no te harán daño, tu familia pagara el rescate y volverás a casa- las palabras de Amy le parecieron mas una afirmación que una suposición

-¿y tú? ¿también saldrás?

-Yo nunca saldré de aquí- dijo sin dudar, el se sorprendió por esa respuesta

-¿por qué?

-Mi familia no pagara el rescate…

-¿Cómo estás segura de eso?

-Solo, lo se

El no podía creer lo que escuchaba, odiaba que la gente se diera por vencida, vio los ojos de Amy y noto que tenía una mirada triste llena de sufrimiento, sin embargo también noto esperanza e ilusión en ellos.

-Yo te sacare de aquí


-¿Eh?

-Prometo que te sacare de aquí! – ella fue ahora la sorprendida, sintió como unas traviesas lagrimas se deslizaban por sus mejillas- lo prometo…

-Gracias… - dijo llorando, llorando de felicidad ante una nueva esperanza de ser libre, ante la promesa de salir de ahí.



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Ya habían pasado dos meses desde que Oliver llego a ese sitio, no podía evitar sentirse nervioso al no saber si su familia pagaría el rescate, Amy intentaba calmarle diciendo que siempre se toman su tiempo los secuestradores para no montar sospechas, aun así su nerviosismo persistía.

En ese tiempo ambos se habían hecho grandes amigos, Amy le tomo un gran cariño a Oliver y le parecía tierno que intentara esconder su miedo con su orgullo. Otro caso era el de Oliver, había quedado prendado de Amy a los pocos días de conocerla, es que ella parecía no tener miedo a diferencia de él y siempre le brindaba su apoyo.


-Amy… ¿cuanto tiempo llevas tu aquí? – de la nada una tarde le pregunto

-Umm, no sé, no recuerdo, creo que unos cinco meses…- dijo mientras le sonreía, a él eso le pareció mucho tiempo

-Ya veo…

-No te preocupes, saldrás de aquí- le dio ánimos

-Querrás decir que saldremos de aquí- ella le sonrió y asintió con emoción, él le correspondió la sonrisa.

-Cuando paguen mi rescate y regrese con mi familia haremos todo para sacarte de aquí y esos  delincuentes irán a prisión

-Me parece estupendo…- Amy estaba muy emocionada con la idea


Su momento de tranquilidad se detuvo al ambos escuchar la puerta abrirse, dejando entrar a los tres hombres con la cara cubierta. Como reflejo Oliver se coloco enfrente de Amy para protegerla de cualquier cosa que pudiera pasar.


-Felicidades principito… hoy te irás a casa- Oliver se sorprendió,  luego sintió como lo tomaban dos de los hombres mientras uno de ellos le inyectaban nuevamente la droga


Amy observaba todo sin moverse de su lugar, noto como Oliver iba cerrando sus ojos, y ella le sonrió mientras se acercaba a él y lo abrazaba, sus captores no evitaron nada de eso, a Oliver le sorprendió.


-Serás libre, esperare por ti- le susurro mientras lo abrazaba y al separarse un poco le dio un beso en la frente

-Lo prometo…- dijo sonriendo mientras caía en la inconsciencia, los tres sujetos se lo llevaron dejándola sola en esa habitación.



-no me defraudes…



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Y ahí se encontraba en su lujosa habitación, mirando el techo, con un remordimiento que no podía olvidar.


-Perdóname…


Un susurro al aire, ya habían pasado tres meses desde que salió de ese sitio, desde que se separo de Amy.  Apenas llego a casa busco toda la información que pudo encontrar de ella, y al encontrar su expediente e investigar más a fondo se hallo con algo que no sabía cómo tomarlo.


Amy Bilchemits

Hija de Samanta y Robert Bilchemits, secuestrada en el 2009, hija de una de  las ex familias más ricas del país.

La familia estaba en crisis cuando fue secuestrada  Amy Bilchemits, cosa que empeoro la situación de sobremanera, al no poder pagar el rescate millonario se recibió una última llamada por parte de los secuestradores informando que el tiempo de espera culmino y a  Amy la habían asesinado.
Samanta entro en depresión y desesperación ante la notica, un mes después murió. Por su lado Robert se dedico a la bebida y termino siendo un adicto, un día sin más se le encontró muerto por haber tomado una sobre dosis de pastillas para dormir.



Amy  había sufrido y no podía culparla por no decirle toda la verdad, el hecho de que estuviera en ese sitio seis años debió ser algo duro y Oliver comprendió las palabras que le dijo Amy el día en que se conocieron.


-Perdóname… lo siento


Lagrimas empezaron a salir de sus ojos, mas al recordar la llamada que recibió el mismo día que regreso con su familia.


-Esperamos no llames a la policía ni intentes nada, si lo haces la mataremos, disfruta tu libertad principito


Sabía que no podía hacer nada mas, no quería poner en riesgo la vida de Amy, se sintió inútil e inservible, sabía que la única que  manera de mantener a Amy con vida era si él se daba por vencido, y darse por vencido era lo que más odiaba en la vida…


-Perdóname Amy… perdón…


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Cada día que entraba a ese comedor sentía repulsión, como odiaba ese sitio, prefería quedarse en su habitación encerrada, en su sala de confort sin que nadie la moleste, pero esos idiotas siempre se las apañaban para hacer que ella almorzara con ellos, claro solo cuando no tenían a nadie más secuestrado


-¿Y esa cara? anímate hace tiempo no salías de esa habitación – menciono uno de los captores sin su máscara, mostrando su rostro


-Los odio…- fue la vaga respuesta de Amy


-No es nuestra culpa que tu solita te hagas ilusiones…- dijo otro de los captares mientras llevaba un bocado de comida a su boca

-Pero hay que agradecerte… gracias a ti nunca nos encontraran- comento el tercero con burla



-Algún día pagaran…- Amy estaba enojada, así que se levanto y se dirigió a la puerta, volvería a su burbuja de donde nunca debió haber salido


-Nunca entenderé a esta niña… si no fuera por nosotros estaría muerta


-déjala, después de todo no es la primera vez que esta así, siempre pasa.



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  Se sentía mareado y sabia que en cualquier momento podría vomitar, fue prácticamente arrastrado por lo que él creía era un pasillo, se sentía muy débil y sus ojos estaban ocultos bajo una venda al igual que su boca, escucho vagamente como se habría una puerta para segundos después ser lanzado con rudeza al frío piso.


-Allí otro nuevo jajajajaja- dijo uno de los secuestradores

El no era un chico muy violento ni rencoroso pero ese tipo le caía de las patadas, sus pensamientos se interrumpieron cuando sintió que alguien le desataba las manos, no pudo evitar pensar que era otro de sus captores, pero al remover la venda se dio cuenta que estaba equivocado.


Frente a él estaba una chica con una sonrisa tierna grabada en su rostro

-¿Te encuentras bien?- le dijo la chica

-Si… estoy…bien- le dificultaba un poco hablar por el efecto de la droga, ella le ofreció agua y el la bebió hasta acabarse todo el contenido del vaso. – gracias… mi nombre es John…tu ¿Cómo te llamas?- dijo tímidamente


-Mucho gusto- dijo ensanchando aun mas su sonrisa- mi nombre es Amy…


quizás el sea quien me saque de aquí, y por fin haga realidad esas promesas que todos me hicieron más nunca cumplieron…



Solo quiero ser libre…

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